Excursión con niños al Bullidor de Llet

Enclavado en el Parc Natural del Cadí-Moixeró se encuentra el Bullidor de Llet (hervidero de leche), un sorprendente manantial que durante el otoño y la primavera nos ofrece un espectáculo inigualable. Una sencilla excursión para toda la familia, donde tanto niños como adultos disfrutarán de un entorno privilegiado.

A partir de
3-4 años

Dificultad
Media

Distancia
2,4 km

Desnivel
150+

Recorrido
Lineal

Altitud máx.
1.050 m

Cómo llegar

Desde Bagá y tras cruzar el pueblo tomaremos la carretera que, paralela al río Bastareny, se dirige a Gisclareny. Recorridos 2 km y unos metros antes de llegar al puente de Sant Joan del Avellanet, encontraremos a mano derecha una pista de tierra que se dirige a La Salle Natura o Cal Cerdanyola. Avanzaremos por la pista en buen estado durante cerca de 2,5 km hasta finalmente llegar a la casa de colonias de La Salle Natura, donde encontraremos una zona habilitada para aparcar el coche.

Descripción

El Aula de la Naturaleza La Salle marca el inicio de la ruta. Un complejo educativo que además de habitaciones y apartamentos para familias, ofrece multitud de actividades y talleres y dispone de instalaciones como zonas de acampada, piscina o campo de fútbol.

Rodeando el edificio principal, conocido también como Cal Cerdanyola, pasaremos junto a la Font Nostra y cruzaremos el torrente del río Pendís por un pequeño puente. Nada más cruzarlo encontraremos las primeras indicaciones de la ruta en dirección al Bullidor de Llet y els Empedrats, que hacia la derecha comienza a remontar el río Pendís. A los pocos metros encontraremos un grupo de casas, utilizado antiguamente como hostal por los viajeros que recorrían el Camí dels Empedrats, una histórica senda que a través del Col de Pendís enlazaba las comarcas de la Cerdanya y el Berguedà. En la actualidad el antiguo hostalet se ha reconvertido en un pequeño hotel rural, Vents del Cadí, donde además de alojamiento ofrece servicio de bar a los excursionistas.

Por la traza del Camí dels Empedrats (PR-C 125) comenzaremos a remontar el río Pendís bajo la protección de un denso bosque de ribera salpicado de pinos rojos, acompañados en todo momento del rumor del agua a nuestra derecha. Siguiendo las marcas blancas y amarillas y recorrido 1 km, cruzaremos el Pendís, por un estrecho puente que camuflado por la vegetación y sin protecciones laterales salva el cauce del torrente. Nada más cruzarlo, y prestando atención a las marcas del PR, avanzaremos por una zona rocosa que a los pocos metros nos dejará ante un desvío señalizado. Hacia la derecha el camino continúa hacia els Empedrats, nosotros seguiremos por la izquierda en dirección al Bullidor de Llet, que ya se encuentra cerca.

De inmediato y con la ayuda de un pequeño puente de madera cruzaremos un torrente y en fuerte pero breve ascenso comenzaremos a remontar el barranco hasta llegar a un pequeño mirador adosado a un árbol sobre un espectacular canal natural labrado por las aguas, y un poco más arriba llegaremos al fin al manantial por donde brotan las aguas del Bullidor de Llet, situado junto a un pequeño claro.

El Bullidor de Llet (hervidero de leche, en castellano) es una sorprendente surgencia natural que a través de la roca caliza emana en periodos de lluvias y deshielo, habitualmente durante las estaciones de otoño y primavera, un gran volumen de agua, produciendo un efecto espectacular al que debe su nombre. El agua brota con tal fuerza y desciende con tanta rapidez que debido a la espuma que se produce y la agitación de las aguas da la sensación de estar ante un río de leche hirviendo. Un espectáculo para grandes y pequeños al alcance de todos los públicos.

Es importante destacar que fuera de estas épocas de lluvia y deshielo el manantial puede llegar a estar completamente seco. Para el regreso reharemos nuestros pasos hasta el Aula de la Naturaleza La Salle.

Video

Mapa del Bullidor de Llet

Nota: Las edades propuestas en cada ruta están basadas en la distancia, el desnivel y la dificultad (baja, media o alta) que el terreno tiene para un niño. La capacidad psicomotriz puede variar notablemente de un niño a otro, por lo que hay que entender estas recomendaciones como una referencia. Serán las capacidades de cada niño las que marquen en último lugar la idoneidad de una ruta.

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