Excursión con niños a la cascada de Mazobre

Al norte de la icónica mole caliza del Espigüete, esculpido durante milenios por antiguos glaciares, el tranquilo valle de Mazobre oculta una de las joyas más singulares del Parque de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre: la Cascada de Mazobre. Un sencillo y popular paseo para toda la familia, incluido en nuestra guía de «Rutas con niños en los Picos de Europa», que, entre una hermosa alfombra de genistas y piornos, nos descubre el mayor salto de agua de la Montaña Palentina.

A partir de
5-6 años

Dificultad
Media

Distancia
6,5 km

Desnivel
350+

Recorrido
Lineal

Altitud máx.
1.690 m

Cómo llegar

Desde Velilla del Río Carrión o desde Cervera de Pisuerga tomaremos la carretera P-210 o “Ruta de los Pantanos” para en el Km 33, cerca de Cardaño de Abajo, tomar el desvío en dirección a Cardaño de Arriba. Recorridos unos 2 km llegaremos al aparcamiento de Pino Llano, punto de inicio de la ruta.

Descripción

Partiendo del Aparcamiento de Pino Llano, situado entre Cardaño de Abajo y Cardaño de Arriba, comenzamos la ruta por la pista forestal que se adentra en el Valle de Mazobre. Nada más comenzar dejaremos a nuestra izquierda una senda difusa que por la arista este se dirige a la cima del Espigüete [2.450 m], la emblemática cumbre de la Montaña Palentina bajo la que discurre nuestra ruta. Sin pérdida posible, siguiendo las marcas blancas y amarillas, comenzaremos un moderado ascenso por el conocido como Camino de los Chozos, ganando vistas a cada paso sobre la cara norte del Espigüete.

A nuestra derecha encontraremos el Arroyo de Mazobre que, dependiendo de la época del año, desaparece en su tramo final como por arte de magia para sumergirse completamente bajo la roca caliza de su lecho. Enseguida descubriremos frente a nosotros, junto a un pequeño espolón rocoso en la cara norte del Espigüete, el refugio de Mazobre. Entre brezos y escobas, que tiñen de colores las laderas del valle durante la primavera y el verano, continuaremos avanzando junto al arroyo, rodeando el espolón por la derecha para, recorrido aproximadamente la mitad del camino, encontrar a mano izquierda el camino que da Acceso al refugio de Mazobre, que se encuentra a apenas 450 m de distancia de este punto. Nosotros continuaremos recto, ahora sin apenas desnivel, siempre a la sombra de la impresionante pared norte del Espigüete, junto a pequeños prados donde es habitual la presencia del ganado. Este puede ser un buen lugar para hacer un alto en el camino y disfrutar del maravilloso entorno del valle de Mazobre. Entre sus laderas tapizadas de densos matorrales de piornos, usados tradicionalmente para construir los chozos o cabañas de pastores y las escobas, podremos descubrir algunos de los pequeños animales que aquí se cobijan o, si tenemos suerte de realizar la ruta al inicio del otoño, sorprendernos con el sonido de los ciervos durante la berrea.

Con la cascada ya a la vista continuaremos ascendiendo hasta convertirse en senda el camino por el que veníamos avanzando, para, al poco de cruzar una pasarela de madera que salva un pequeño arroyo, llegar a una bifurcación que hacia la derecha lleva al mirador de la Cascada de Mazobre. Desde el mirador una senda nos permite acercarnos con cuidado a la base de la cascada y contemplar de cerca la hendidura por la que se precipitan desde 20 m de altura las aguas del arroyo sobre una poza de aguas cristalinas. La fotogénica cascada de Mazobre lleva agua todo el año, pero es especialmente con el deshielo cuando adquiere su estampa más espectacular.

Una vez visitada la cascada merece la pena regresar a la bifurcación anterior al mirador para, tomando el sendero de la izquierda, continuar remontando el curso del arroyo en dirección a la Majada Cimera de Mazobre hasta llegar a la Cascada de la Hoya de Martín Vaquero, algo más pequeña que la anterior pero enclavada en un bello paraje rodeada de montañas con excepcionales vistas sobre el sorprendente paisaje kárstico de la vertiente septentrional del Espigüete. Un paisaje moldeado durante milenios por la acción del agua y el viento sobre la roca caliza donde se encuentra la Sima del Anillo, un pozo natural de más de 300 m de profundidad en el que según la leyenda se precipitó una desgraciada pastora de la que tan solo apareció su anillo en la zona de Pino Llano, donde comenzamos la ruta.

Desde la segunda cascada iniciaremos el regreso por el mismo camino, completando opcionalmente la ruta con la visita al refugio no guardado de Mazobre, situado en una amplia pradera con fantásticas vistas.

Mapa de la cascada de Mazobre

Nota: Las edades propuestas en cada ruta están basadas en la distancia, el desnivel y la dificultad (baja, media o alta) que el terreno tiene para un niño. La capacidad psicomotriz puede variar notablemente de un niño a otro, por lo que hay que entender estas recomendaciones como una referencia. Serán las capacidades de cada niño las que marquen en último lugar la idoneidad de una ruta.

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