Excursión con niños a la garganta de los Caballeros

La garganta de los Caballeros nace en la laguna homónima, a los pies de la cima de La Covacha, antes de deslizarse por la vertiente norte del macizo occidental de Gredos, donde las cabras montesas encuentran su particular paraíso entre pastos y granito. En su largo recorrido las aguas de la garganta moldean un paisaje aislado, salpicado de refrescantes pozas y repleto de alicientes con los que podemos adaptar la ruta a todas las necesidades. Ruta incluida en nuestra guía de «Rutas con niños en Guadarrama y Gredos».

A partir de
7-8 años

Dificultad
Media

Distancia
15 km

Desnivel
470+

Recorrido
Lineal

Altitud máx.
1.640 m

Cómo llegar

Desde el Barco de Ávila tomaremos la AV-P-537 en dirección a Navalonguilla y continuaremos hasta la pedanía de Navalguijo, donde tomaremos la pista hormigonada que al final del pueblo avanza hacia el sur y llega, tras cruzar la garganta de la Lanchuela, a una pequeña zona de aparcamiento, donde iniciaremos la ruta.

Descripción

Desde la pequeña pedanía de Navalguijo parte el camino que se adentra en la aislada Garganta de los Caballeros; una ruta clásica que cuenta con alicientes suficientes en su recorrido y que planteamos dividida en tramos, permitiendo ajustarla a cada necesidad.

Comenzamos nuestro recorrido al sur de Navalguijo, junto al Arroyo de la Lanchuela, donde el final del tramo hormigonado de la pista y un cartel informativo marcan el inicio de la ruta. Siguiendo el camino, ahora de tierra, al poco veremos que se divide en tres. Tomaremos el camino del medio y ya, sin pérdida posible, comenzaremos a avanzar primero por un robledal y, a continuación, rodeando un pequeño pinar con vistas a los Prados de Tejea; la extensa llanura donde desembocan las aguas de la garganta. Al superar el Arroyo de los Portales el camino se estrecha para continuar por una senda que, tras dejar el bosque, se adentra definitivamente en la garganta de los Caballeros, cuyas aguas, situadas unos metros más abajo, veremos precipitarse en este punto entre bolos graníticos creando pequeñas pozas.

Siempre paralelos al barranco, llaneando a media ladera por una sencilla senda, nos adentraremos momentáneamente en un nuevo robledal antes de llegar a un amplio prado en el que, dependiendo de la época del año, podremos encontrar ganado pastando. El primer hito del recorrido se encuentra ya muy cerca. Atravesando el prado, entre piornos y brezos, llegaremos finalmente a los pies de la Chorrera del Lanchón, una espectacular cascada por la que, especialmente en primavera, se deslizan las aguas provenientes del Arroyo del Horco. Al fondo, presidiendo la escena, divisaremos el imponente perfil rocoso de El Cancho [2.270 m] y en el cauce de la garganta descubriremos los Regajos de Majaeltero; una bella sucesión de pozas en el lecho granítico e inclinado del barranco, a las que podremos acceder a través de varias sendas. Si vamos con niños más pequeños, este puede ser un buen lugar para disfrutar del entorno antes de regresar (con una ruta total de 9 km y 200+) o, simplemente, como un refrescante alto en el camino antes de continuar explorando la garganta.

Dejando atrás la chorrera nos adentraremos en una de las partes más espectaculares del recorrido: un angosto cañón por el que discurren las cristalinas aguas del arroyo creando profundas pozas, a las que con un poco de cuidado podremos acercarnos y, si el día acompaña, darnos un chapuzón en un entorno único habitualmente frecuentado por las cabras montesas. En continuo ascenso iremos remontando la garganta por un antiguo camino empedrado hasta alcanzar una portilla donde la garganta se vuelve a abrir. Tan solo deberemos ascender un poco más para comenzar el descenso hasta Las Llanaíllas, un amplio prado donde reponer fuerzas y disfrutar con calma del entorno, en el que encontraremos un antiguo refugio en ruinas y un pequeño chozo de pastores. Desde aquí las vistas del valle, con su clara forma de U que no deja lugar a dudas de su pasado glaciar, son espléndidas.

Desde el prado de las Llanaíllas el camino continúa ascendiendo por una senda pedregosa guiado por numerosos hitos, mientras ganamos vistas sobre el desfiladero del Arroyo de Bajohondillo, que vierte sus aguas en la garganta de los Caballeros en una vistosa cascada. Las cabras montesas merodean por las laderas rocosas del valle y no será difícil encontrarnos con alguna manada antes de llegar finalmente a la Mina de Blenda, una antigua explotación minera de la que solo se conservan restos de la maquinaria y las ruinas de los barracones. Cerca de la mina encontraremos nuevas pozas en las que refrescarse antes de emprender el camino de regreso.

Opcionalmente, los más montañeros pueden continuar en dirección oeste junto al cauce del arroyo para alcanzar, sin mucho esfuerzo, el Refugio de la Mina o de Malacatones; una humilde construcción rodeada de prados con buenas vistas sobre la cima de La Covacha [2.395 m], bajo la que se oculta la solitaria Laguna de los Caballeros. E incluso, los más aventureros, pueden hacer noche en el refugio no guardado o avanzar hasta la laguna de los Caballeros, situada a 3,5 km de la mina, para acampar en uno de los rincones más apartados y salvajes de Gredos.

Mapa a la garganta de los Caballeros

Nota: Las edades propuestas en cada ruta están basadas en la distancia, el desnivel y la dificultad (baja, media o alta) que el terreno tiene para un niño. La capacidad psicomotriz puede variar notablemente de un niño a otro, por lo que hay que entender estas recomendaciones como una referencia. Serán las capacidades de cada niño las que marquen en último lugar la idoneidad de una ruta.

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