Excursión con niños al ibón de Piedrafita

Bajo el salvaje perfil de la cara norte de la sierra de Partacúa, dominadora de buena parte del paisaje del valle, se encuentran dos sorprendentes tesoros naturales: el ibón de Piedrafita, uno de los lagos glaciares más accesibles del valle de Tena, y el enigmático arco geotectónico, una formación rocosa única, que al igual que el ibón de Piedrafita fue moldeado hace miles de años por la fuerza de los glaciares que cubrían estas montañas. Una ruta sencilla incluida en nuestra guía de «Rutas con niños en el Pirineo aragonés», que nos permite descubrir las joyas naturales de la sierra de Partacúa y que es el complemento perfecto para una visita al cercano parque faunístico de Lacuniacha. 

A partir de
4-5 años

Dificultad
Baja

Distancia
6,5 km

Desnivel
250+

Recorrido
Lineal

Altitud máx.
1.650 m

Cómo llegar

Desde Biescas avanzaremos por la A-136 en dirección a Francia hasta encontrar el desvío a Piedrafita de Jaca. Una vez allí seguiremos las indicaciones en dirección al parque faunístico de Lacuniacha, situado a 2 km de la población de Piedrafita de Jaca. Aparcamiento de pago (+ info).

Descripción

Desde el acceso al Parque faunístico de Lacuniacha comenzaremos la ruta avanzando por una cómoda pista forestal en la que, nada más comenzar, tras superar una barrera que impide el paso a los vehículos, encontraremos el Laberinto de los Pirineos, una divertida actividad para toda la familia con la que podremos completar la excursión a la vuelta. Nosotros continuaremos ascendiendo de forma moderada, ganando buenas vistas sobre Panticosa y el Embalse de Búbal. A nuestra derecha obviaremos hasta dos sendas que opcionalmente nos invitan a adentrarnos en el cercano y misterioso Bosque de Betato.

Recorrido un kilómetro desde el inicio, el camino comenzará a retorcerse, teniendo la posibilidad de acortar el recorrido tomando varias sendas marcadas con hitos. Superados estos giros encontraremos a la derecha el desvío al Refugio de Telera (o de las Planas), que recibe su nombre de la cima más alta de la Sierra de Partacúa, a los pies de la cual nos dirigimos. En este punto tenemos la opción de continuar el sencillo recorrido por la pista forestal, dejando un poco más adelante el desvío a la «Plana Terrosa», por el que opcionalmente podemos regresar; o tomar una divertida senda hacia el refugio entre pastizales y abetos.

En ambos casos llegaremos hasta el desvío señalizado que nos invita, siguiendo las indicaciones del PR-HU 93, a abandonar la pista forestal y comenzar a remontar el Barranco del Boj, por donde discurren las aguas provenientes del ibón de Piedrafita.

En suave ascenso, avanzando entre grandes rocas junto a las saltarinas aguas del arroyo y con la vista puesta en la impresionante cara norte de la sierra Partacúa, nos aproximaremos a nuestro destino. Pocos metros antes de llegar encontraremos los Túmulos de Piedrafita; seis estructuras megalíticas que se mimetizan con el entorno y que se cree que podrían indicar la presencia en esta zona de antiguas sociedades neolíticas.

El Ibón de Piedrafita, situado a 1.610 m de altitud, se encuentra bajo las imponentes paredes de la Peña Telera [2.764 m], la Peña Parda y la Corona del Mallo, que dependiendo del punto de vista recuerdan al perfil de un jefe indio. Un precioso y accesible paraje, perfecto también para iniciarse con las raquetas de nieve, donde poder jugar y disfrutar en familia antes de comenzar el camino de regreso.

Parque faunístico de Lacuniacha

El parque faunístico de Lacuniacha, situado cerca de la población de Piedrafita de Jaca, nos permite conocer los distintos animales que poblaron los Pirineos hace 11.000 años, antes de la última glaciación: osos, lobos, linces, sarrios, cabras montesas, ciervos, bisontes, jabalís, marmotas… que sin duda ofrecen a los niños una experiencia inolvidable en un entorno natural de cerca de 30 hectáreas. Más información en: www.lacuniacha.es

Mapa del ibón de Piedrafita

Nota: Las edades propuestas en cada ruta están basadas en la distancia, el desnivel y la dificultad (baja, media o alta) que el terreno tiene para un niño. La capacidad psicomotriz puede variar notablemente de un niño a otro, por lo que hay que entender estas recomendaciones como una referencia. Serán las capacidades de cada niño las que marquen en último lugar la idoneidad de una ruta.

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