A medio camino entre los valles del Lozoya y Canencia existe un bosque mágico en el que se oculta, entre gigantes verdes y árboles pertenecientes a otra época, un espectacular salto de agua: la cascada de Mojonavalle. La nieve y la tranquilidad en sus caminos durante el invierno, el esplendor vital y la fuerza del agua en la primavera, la fresca sombra del verano, o los espectaculares colores del otoño, hacen de esta ruta, incluida…
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