Excursión con niños a la torre del Cap d´Or

Situada en el límite meridional de los grandes acantilados de la costa alicantina, la Torre Vigía del Cap d´Or es una de las atalayas más privilegiadas de la comarca de la Marina. Una sencilla excursión para toda la familia, incluida en nuestra guía de «Rutas con niños en la Comunidad Valenciana», entre el mar y la tierra en la que podremos jugar a ser piratas por unas horas.

A partir de
3-4 años

Dificultad
Media

Distancia
1,3 km

Desnivel
100+

Recorrido
Lineal

Altitud máx.
160 m

Cómo llegar

Al llegar a Moraira, perteneciente al término municipal de Teulada, deberemos tomar, junto a la oficina de turismo, la Av. del Portet, que en dirección Este se dirige a la “Platja del Portet”. Podemos comenzar la ruta en este punto, donde encontraremos zonas habilitadas para aparcar, o si lo preferimos continuar entre por las calles de una urbanización durante 400 m, por la C/ Puerto Lápice y a continuación la C/ Puerta del Sol, hasta llegar al inicio del sendero, donde hay hueco para un par de coches.

Descripción

El final de la C/ Puerta de Alcudia encontramos el inicio del sendero SL-CV 51 que se dirige hacia el Cap d´Or. El sendero, que se encuentra perfectamente señalizado con marcas blancas y verdes durante todo el recorrido, va ganando altura en un primer momento por un terreno algo resbaladizo en el que debemos prestar atención a los más pequeños.

En pocos minutos alcanzaremos un pequeño collado donde encontramos una bifurcación. Hacia la izquierda, la senda desciende hacia el mar en dirección a la Cova de la Cendra, mientras que a la derecha, por donde continuaremos nosotros, avanza en ligero ascenso junto a los acantilados orientales del Cabo.

Opcionalmente podemos completar la ruta con la visita a la Cova de la Cendra, uno de los yacimientos arqueológicos del Paleolítico Superior más importantes del Mediterráneo. La senda de descenso baja hasta la boca de la cueva, situada a poco más de 30 metros sobre el nivel del mar, y aunque no presenta grandes dificultades, sí que requiere de una mayor atención si la realizamos con niños.

Las vistas sobre el litoral son magníficas, y es fácil comprender la elección de este cabo para la construcción de una torre vigía. Sin apenas darnos cuenta ganaremos finalmente la loma del cabo, coronada por la Torre del Cap d´Or.

Construida en el s. XVI con el objetivo de vigilar la costa ante posibles incursiones de piratas berberiscos procedentes del Norte de África, como los temidos hermanos Barbarroja, la Torre del Cap d´Or nos invita a viajar en el tiempo y dejar volar la imaginación.

Con un perímetro de 26 metros y una altura de 11 metros, el acceso a la torre sólo era posible mediante una escalera de cuerda que los centinelas descolgaban desde arriba. Desde la torre podían comunicarse con otras torres que conformaban el sistema defensivo de la costa, como la de la Grandella o la de Ifach. Hasta nuestros días han llegado las ruinas de algunas de estas torres repartidas por la costa y una frase: “No hay moros en la costa” cuando queremos avisar de que no hay ningún peligro a la vista.

Las vistas desde la torre del Cap d´Or son impresionantes, hacia el Sur destaca la silueta del Montgó sobresaliendo sobre el Puig de la Llorença envuelto en opresivas urbanizaciones que finalizan sobre los soberbios acantilados de Benitaxell y Xàbia, enmarcados por el Faro del Cap de la Nao. Hacia el Norte, el Penyal d´Ifac compite en majestuosidad con la escarpada Serra de Bèrnia, tras la que despunta el Puig Campana o la Serra Gelada. E incluso, hacia el Este, en días claros, es posible ver Ibiza en el horizonte. Un lugar privilegiado cargado de historia y de fácil acceso que seguro hace las delicias de los más pequeños de la casa.

El regreso lo realizaremos por el mismo camino que a la ida.

Recomendaciones

No es recomendable realizar la ruta durante las horas centrales de los meses de más calor, cuando a las altas temperaturas se le une la elevada humedad de la costa.

Mapa a la torre vigía del Cap d’Or

Nota: Las edades propuestas en cada ruta están basadas en la distancia, el desnivel y la dificultad (baja, media o alta) que el terreno tiene para un niño. La capacidad psicomotriz puede variar notablemente de un niño a otro, por lo que hay que entender estas recomendaciones como una referencia. Serán las capacidades de cada niño las que marquen en último lugar la idoneidad de una ruta.

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