Excursión con niños a la Ruta de los 3 reinos

Desde la perdida aldea de Arroyo Cerezo, en el Rincón de Ademuz, nos adentraremos en un singular territorio salpicado de campos de cultivo, enormes páramos y sabinas centenarias, en busca de la legendaria Cruz de los Tres Reinos, una ruta incluida en nuestra guía de «Rutas con niños en la Comunidad Valenciana». Una cima envuelta en leyenda donde, tal y como escribió en su día el gran botánico y naturalista valenciano Cavanilles, «se puede sentar un hombre en el reyno de Valencia de modo que mirando al Norte ponga su pie derecho en Aragón, y el izquierdo en Castilla».

A partir de
6-7 años

Dificultad
Baja

Distancia
10 km

Desnivel
250+

Recorrido
Circular

Altitud máx.
1.560 m

Cómo llegar

Desde la N-420 en dirección a Cuenca tomaremos el desvío señalizado a Arroyo Cerezo, pedanía de Castielfabib. Al llegar al pueblo continuaremos hasta las últimas casas y aparcaremos junto a un poste indicativo de la «ruta de los tres reinos».

Descripción

Comenzamos la ruta junto a las últimas casas de la olvidada pedanía de Arroyo Cerezo, donde encontraremos un poste indicador de la ruta PR-CV 131.1. Avanzando en dirección a la «Cruz de los Tres Reinos» y la «Fuente del Abrevador», tomaremos una pista que discurre paralela al arroyo, que cruzaremos unos metros más adelante. A partir de este punto comenzaremos a ascender, y tras recorrer 500 m llegaremos a la cabecera del barranco, donde encontraremos varios corrales en ruinas. Continuando por la pista, llegaremos a la Fuente del Abrevador, situada por encima de los corrales y cerrada por una reja.

A la izquierda de la fuente descubriremos una senda marcada con señales blancas y amarillas que conduce a la antigua senda de los arrieros. Avanzaremos unos metros por una repisa hasta introducirnos en una vaguada donde el trazado de la senda se diluye entre la vegetación de pinos y enebros.

Siguiendo en todo momento los numerosos hitos y señales que nos indican el camino avanzaremos por una gentil pendiente hasta desembocar en una pista. La tomaremos hacia la izquierda, y tras recorrer algo menos de 200 m saldremos de ella hacia la derecha, siguiendo las señales blancas y amarillas del PR.

Continuaremos ascendiendo moderadamente, en un primer momento a través de una pinada, y más tarde por una antigua senda de pastoreo. Al pasar junto a una pequeña zona cercada iremos girando hacia la izquierda siguiendo los numerosos hitos, hasta llegar, casi sin darnos cuenta, a la cima de la Cruz de los Tres Reinos, donde un trifinio marca la convergencia de las provincias de Valencia, Cuenca y Teruel.

A lo lejos contemplaremos innumerables montañas que se pierden en el horizonte. Más cerca, entre las piedras del páramo que rodea la cima, encontraremos gran cantidad de fósiles marinos, que nos indican que estas tierras altas estuvieron una vez sumergidas bajo el mar.

Siguiendo el cartel indicador en la cima, tomaremos dirección a «Arroyo Cerezo por Veguillas», adentrándonos en la provincia de Cuenca. Enseguida llegaremos a una pista que seguiremos hacia la derecha. Tras descender suavemente por un prolongado zigzag llegaremos a un amplio collado ya en la provincia de Teruel. Aquí encontraremos unos postes bajos que llevan hasta la Fuente del Collado, nosotros continuaremos por la pista para, a los pocos metros, llegar a una bifurcación donde tomaremos la pista de la izquierda. Tras recorrer 1,5 km entre enebros, sabinas y pinos, llegaremos a unos corrales donde nace una senda a la izquierda que ignoraremos. Un poco más adelante el camino se vuelve a bifurcar y de nuevo tomaremos al camino de la derecha. Al poco llegaremos a otro cruce de caminos presidido por dos sabinas centenarias.

Nosotros continuaremos recto para avanzar entre campos de cultivo y regresar de nuevo a territorio valenciano, donde pasaremos junto a la Fuente de los Praos, antes de alcanzar de nuevo la pedanía de Arroyo Cerezo.

Mapa de la ruta de los Tres Reinos

Nota: Las edades propuestas en cada ruta están basadas en la distancia, el desnivel y la dificultad (baja, media o alta) que el terreno tiene para un niño. La capacidad psicomotriz puede variar notablemente de un niño a otro, por lo que hay que entender estas recomendaciones como una referencia. Serán las capacidades de cada niño las que marquen en último lugar la idoneidad de una ruta.

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