Cascada de Belabarce y cueva del Ibón

Conocido por el sugerente nombre del valle de los Secretos, las aguas del río Belabarce ocultan, a los pies del macizo de Ezkaurre, uno de los espacios naturales más bellos del valle de Roncal. Una popular caminata, incluida en nuestra guía de «Rutas con niños en el Pirineo navarro», repleta de alicientes que, en las proximidades de Isaba y a través de tupidos bosques mixtos, nos invita a descubrir puentes históricos, cuevas singulares y cascadas de postal.

A partir de
5-6 años

Dificultad
Media

Distancia
5,3 km

Desnivel
275+

Recorrido
Circular

Altitud máx.
1.045 m

Cómo llegar

Desde Isaba continuaremos 2,5 km en dirección a Francia hasta llegar al puente de Otsindundua, situado en el Km. 35 junto a una pequeña zona de aparcamiento. Opcionalmente podemos iniciar la ruta desde la carretera que une el valle de Roncal con Zuriza, que da un acceso más directo a la cascada de Belabarce.

Descripción

Situado junto a la carretera que desde Isaba se dirige al rincón de Belagua, el Puente de Otsindundua marca el punto de inicio de nuestra ruta. Construido en el s.XVI, el puente nos da acceso sin más preámbulos a la singular Cueva del Ibón, que recibe su nombre del pequeño lago que se forma en su interior durante el deshielo o en época de lluvias. El tramo accesible de la cueva, que podremos visitar tanto al inicio de la excursión como al finalizarla, es poco profundo, no obstante es interesante llevar una linterna para que los niños exploren con más detalle su sala principal, que funciona como gigantesco desagüe natural del Macizo de Ezcaurre.

Sin cruzar el puente, por donde más tarde regresaremos, comenzaremos nuestro recorrido tomando una senda que, en dirección Isaba, discurre entre la carretera y las aguas del Río Belagua. Un sencillo tramo que bajo la protección de avellanos, abetos y pinos nos llevará hasta el precioso Puente románico de Isaba; una histórica estructura que, en la entrada a las Ateas de Belagua (ateas es el nombre que reciben en el valle de Roncal los desfiladeros), nos invita a cambiar al margen contrario del río.

Al otro lado y siguiendo las indicaciones de color blanco y verde del sendero SL-NA 79 que nos guiarán durante todo el recorrido, comenzaremos a alejarnos de la carretera para iniciar un ascenso por un bello sendero tapizado de hojarasca. Primero al cobijo de esbeltos abetos y hayas con sus troncos recubiertos de musgo, y más adelante a través de túneles de avellanos con sus característicos troncos ramificados, alcanzaremos el Collado de Artikomendia: una amplia pradera que, con vistas a las defensas occidentales de la Peña de Ezcaurre, conforma el lugar perfecto para tomar un merecido descanso y disfrutar del entorno antes de continuar nuestra marcha.

Sin pérdida posible abandonaremos el collado para comenzar, junto a un vallado, un agradable descenso por la solana de la montaña donde, a diferencia de la vertiente fresca y húmeda por la que hemos ascendido, predomina el boj, mucho más resistente a la insolación propia de las laderas orientadas al sur. No tardaremos en alcanzar una pista forestal por la que continuaremos hacia la izquierda para comenzar a adentrarnos en el Valle de Belabarce, conocido también con el sugerente nombre del valle de los Secretos. Enseguida divisaremos una borda en la orilla contraria.

Nosotros continuaremos recto para, sin cruzar la regata, tomar un sendero que nos introducirá en un fresco bosque de hayas que junto a las saltarinas aguas del arroyo crea una bella estampa que durante el otoño alcanza su apogeo. Apenas recorrido 200 m alcanzaremos una bifurcación señalizada que en un breve desvío y con ayuda de unas pasarelas de madera nos llevará finalmente a la fabulosa Cascada de Belabarce. Sobre la toba formada por la progresiva calcificación del musgo que coloniza la cascada veremos cómo se precipitan, con especial fuerza durante el deshielo o en época de lluvia, las aguas de la Regata de Belabarce sobre una gran poza de color verde turquesa. Sus gélidas aguas son aptas solo para los bañistas más atrevidos.

De regreso al camino principal continuaremos remontando el valle por un pedregoso camino obviando varias sendas que salen a nuestra derecha hasta alcanzar un nuevo desvío señalizado. Abandonaremos en este punto el GR-11 cuya traza continua hacia Zuriza y continuaremos hacia la izquierda sin apenas desnivel entre acebos de hojas brillantes hasta llegar a la Pradera de Belabarce, que nos abrirá vistas hacia el este sobre las montañas del Parque Natural de los Valles Occidentales entre las que podremos distinguir el Ginebral de Gamueta [2.329 m]. Cruzando la pradera alcanzaremos la carretera que comunica el valle de Roncal con el vecino valle oscense de Ansó, desde la que, aquellos que buscan una excursión más corta, pueden acceder de forma más directa a la cascada de Belabarce.

Situada al oeste de la pradera encontraremos la Borda de Francisco Mayo que, coronada por una veleta de una bruja, nos muestra el camino a seguir. Iniciaremos en este punto un largo descenso que en un primer momento transcurre a la sombra de un tupido bosque de coníferas hasta llegar de vuelta a la orilla del río Belagua. En un nuevo desvío señalizado, dejaremos a nuestra derecha el camino que continúa hacia «Horno de Tejería», y en un agradable paseo siguiendo las aguas del río llegaremos de nuevo a la Cueva del Ibón y al Puente de Otsindundua para poner el punto final a una excursión repleta de alicientes.

Mapa de la excursión a la cascada de Belabarce

Nota: Las edades propuestas en cada ruta están basadas en la distancia, el desnivel y la dificultad (baja, media o alta) que el terreno tiene para un niño. La capacidad psicomotriz puede variar notablemente de un niño a otro, por lo que hay que entender estas recomendaciones como una referencia. Serán las capacidades de cada niño las que marquen en último lugar la idoneidad de una ruta.

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