El castañar de El Tiemblo

Enclavado en los lindes orientales de la sierra de Gredos, el castañar de El Tiemblo es el más extenso de todo el Sistema Central. Un auténtico paraíso botánico que se transforma cada vez que lo visitamos. Otoño, con su estallido de colores, atrae a miles de visitantes, pero cualquier época es buena para saborear con calma este bosque mágico en una ruta incluida en nuestra guía de «Rutas con niños en Guadarrama y Gredos». La alegría de la primavera, la fresca sombra del verano, o la tranquilidad del invierno, nos invitan a descubrir los secretos del castañar una y otra vez.

A partir de
3-4 años

Dificultad
Baja

Distancia
4,5 km

Desnivel
150+

Recorrido
Circular

Altitud máx.
1.210 m

Cómo llegar

Desde la caseta de control de acceso al castañar, al sur de El Tiemblo, se continúa por un camino forestal que da acceso al área recreativa de El Regajo, situada a 8 km. Entre octubre y diciembre, la época de mayor afluencia, se controla y limita el acceso, y se habilita un autobús que opera los fines de semana y festivos.

Descripción

Situada junto a la zona de aparcamiento, el Área Recreativa de El Regajo marca el inicio de la ruta. Un pequeño puente situado al este del merendero nos invita a cruzar el arroyo abriéndonos las puertas del castañar; un fabuloso mundo vegetal que el verde follaje del verano transforma en un fresco edén y el otoño lo engalana con mil colores.

Entre esbeltos castaños comenzaremos a avanzar por un camino tapizado gran parte del año por castañas y hojas caídas. No tardaremos mucho en alcanzar la Fuente de Los Cazueleros, que encontraremos justo antes de una bifurcación donde tomaremos el camino de la derecha que cruza el Arroyo del Castañar. Pronto llegaremos al Refugio de Majalavilla. Situado en un claro, el pequeño refugio de piedra nos invita a hacer un alto y descubrir los dibujos de su interior antes de ir al encuentro del más ilustre de los habitantes del castañar: El Abuelo, un monumental castaño de más de 500 años que destaca por su gran tronco hueco rodeado por chupones (vástagos que brotan del tronco del árbol) y que encontraremos protegido por un vallado muy cerca del refugio. En el entorno del Abuelo encontraremos otros castaños de gran porte y formas sugerentes que merece la pena explorar antes de continuar la marcha por el camino principal.

Sin apenas desnivel, siempre al amparo del bosque, comenzaremos a avanzar paralelos al Arroyo de la Yedra, que descubriremos flanqueado por alisos. Con algo de suerte, junto al arroyo, podremos encontrar vacas, caballos o incluso sorprender a algún corzo en las épocas de menor afluencia. Casi sin darnos cuenta alcanzaremos un Puente que salva las aguas del arroyo, donde podremos descansar disfrutando de un entorno de postal. Opcionalmente, los más andarines pueden en este punto enlazar con el Área recreativa Las Barrancas y la senda al Pozo de Nieve. Nosotros dejaremos el puente a nuestra derecha y, junto al arroyo, alcanzaremos las Praderas de Garrido, un amplio claro que nos ofrece una nueva perspectiva del bosque.

Siguiendo el camino principal giraremos 180° para adentrarnos en la zona de El Resecadal, donde encontraremos nuevos castaños de grandes dimensiones con troncos retorcidos que a medida que envejecen van quedando huecos. Unas esculturas naturales que dan cobijo desde mamíferos como la gineta o la ardilla, hasta aves como el trepador azul o el arrendajo.

Al virar el camino encontraremos una senda que recta regresa de nuevo al refugio de Majalavilla. Merece la pena continuar ascendiendo un poco más por el camino principal a través del bosque, que a cada paso nos sorprende con nuevas formas y colores según la incidencia del sol. Sin esfuerzo alcanzaremos la parte alta del castañar en donde encontraremos el Castaño del Codao y su viejo tronco central rodeado por una corona de chupones, antes de comenzar un pronunciado descenso que nos llevará, tras enlazar con el camino de ida en la fuente de los Cazueleros, al punto de inicio de esta popular ruta.

Mapa al castañar de El Tiemblo

Nota: Las edades propuestas en cada ruta están basadas en la distancia, el desnivel y la dificultad (baja, media o alta) que el terreno tiene para un niño. La capacidad psicomotriz puede variar notablemente de un niño a otro, por lo que hay que entender estas recomendaciones como una referencia. Serán las capacidades de cada niño las que marquen en último lugar la idoneidad de una ruta.

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